El crecimiento de la economía brasilera los posiciona dentro de las primeras 10 potencias mundiales. La actual disminución de sus índices de pobreza es resultado de una política económica que ha liderado a la formación de 5,000 industrias de todo tipo.
La llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder en el 2003 produjo temor para muchos debido a su inicial posición izquierdista Sin embargo, ésta se ha ido moderando en búsqueda de que “el pobre dejará de ser pobre y se convertirá en un ciudadano con derecho a vivienda, a educación, a diversión, a cultura y a comer tres veces por día”, como expresó el 6 de julio en su programa de radio. El crecimiento actual de la economía de Brasil deja pocas dudas de que esté proyecto se está consolidando.
Con 33,800 millones de dólares en exportaciones en el primer semestre del 2008, Brasil se convierte en líder para su región. A diferencia de algunos mandatarios suramericanos, Lula se mantiene al margen de los conflictos políticos. Ha asumido un rol de intermediario cuando ha sido solicitado, sin embargo, siempre manteniendo su tono neutral que tanto lo favorece en acuerdos comerciales.
Su política económica se ha basado en diversificar la oferta de productos. Fuera de sus tradicionales exportaciones agrícolas, el mercado brasilero ahora incluye un consolidado sector textil, ingeniería aeroespacial y automovilística, desarrollo de biocombustibles y crecientes zonas industriales que atraen inversión extranjera.
El reciente descubrimiento de yacimientos petrolíferos ha disparado los índices de inversión y empleo. Como ejemplo de muchos, un puerto cercano a Angra dos Reis ha contratado a 25,000 trabajadores para la construcción de plataformas petroleras. Según estadísticas del mes de junio, hasta el momento había 309,442 nuevos empleos formales.
Estas cifras se traducen en mayor gasto de consumo, construcción de centros comerciales y viviendas, y, por lo tanto, crecimiento presente en todos los sectores sociales. En pocos años, Brasil redujo su pobreza en un 13.5%, convirtiendo a la mitad de su población en estrato medio.
Las brechas sociales se han disminuido por distintas razones. Fuera de la generación de empleos, el gobierno ha promovido un importante énfasis social. Las universidades han invertido en ciencia y tecnología, se ha aumentado el salario mínimo e incentivado la formación de pequeñas empresas. Con subsidios para las necesidades básicas de la población, proyectos como Bolsa Familia alimentan a muchos mientras conforman su propio negocio. Por el lado de inversión, el gobierno ha bajado tasas de interés para todo tipo de créditos, como el caso del Banco do Nordeste do Brasil, que, financiado por el Estado, ha ofrecido 330,000 micro préstamos a los ciudadanos. De este modo, la estrategia de consolidación de pymes contribuye a que las ganancias se reciban de manera equitativa para la población.
Después de lograr control sobre la inflación –que rondaba un 30% en el 2003-, Lula ha disminuido la deuda externa, propiciado crecimiento del sector agro industrial y mantenido un buen clima de inversión. En una segunda fase, Brasil ha incursionado interesantes alianzas para vender sus productos en distintos mercados, con el propósito de disminuir la susceptibilidad frente a la crisis hipotecaria estadounidense. Con una mezcla de buen tacto y apoyo a las distintas realidades, el mandatario ha consolidado buenas relaciones con sus 10 vecinos.
En su reciente visita a Colombia, acompañado de 120 empresarios brasileros, firmó pactos para la inversión, cooperación en seguridad fronteriza en el Amazonas y negocios de biocombustibles. En Venezuela, empresas brasileras han conseguido importantes contratos para la expansión del sistema de metro en Caracas y la construcción de un puente sobre el Río Orinoco. Con su homólogo boliviano, Lula ofreció un crédito de 600 millones de dólares para proyectos de infraestructura energética, y de igual modo, inauguró la instauración de importantes negocios de banca en el mes de diciembre. A pesar de los malentendidos por las distintas visiones sobre el manejo de impuestos con Cristina Fernández -evidenciado en la Organización Mundial del Comercio en Ginebra-, el mandatario, junto a 300 expertos en negocios, visitó Buenos Aires para formar alianzas comerciales con empresas argentinas.
Muchos los critican de doble, pero la realidad demuestra que su delicado manejo con las relaciones internacionales de su país han abierto puertas para acompañar la creciente oferta de productos brasileros. Junto a inversiones en el cuidado del medio ambiente y programas para combatir enfermedades como el sida, Luiz Inácio Lula da Silva no solo se convierte en figura querida por su pueblo, sino en audaz empresario frente al mundo, evidenciado en el optimismo de la bolsa de valores de Brasil, sumado a un crecimiento económico anual de un 6%.
Este gobierno se ha propuesto cumplir los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas frente a la infancia en el año 2015, y a este paso, las probabilidades de alcanzarlo aumentan. Es interesante el liderazgo ejercido por el presidente brasileño, cuando el populismo amenaza con frenar el crecimiento económico de la región.
1 comentario:
Lolmus, Brasil esta de moda, el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) propuesto por Goldman Sachs le da a Brasil un estatus de gran país emergente, además de que es necesario que tengamos a un Brasil fuerte en esta parte del mundo que le haga contrapeso a las otra potencias.
Para mencionarte, el mercado del acero de ellos esta disparado, tienen corporaciones en este momento del tamaño de cualquier corporación gringa.
Por otro lado, me parece lamentable lo que están haciendo con el Amazonas, es tal vez el lunar que tienen todavía.
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